Como en toda enfermedad, el interrogatorio, el relato de la paciente, es de gran utilidad. El dolor menstrual intenso debe estudiarse siempre por ser anormal.
Por el momento no hay estudios en sangre que puedan certificar o descartar la presencia de la enfermedad.
La ecografía y la resonancia nuclear magnética hoy resultan de gran utilidad.
La ecografía transvaginal permite diagnosticar los quistes de ovario (endometriomas) y algunas otras localizaciones. Expertos en este método diagnóstico la utilizan para ubicar lesiones en el tabique rectovaginal y en el intestino grueso.
La resonancia nuclear magnética de alta resolución, utilizando contraste intravaginal e intrarectal, es actualmente el mejor recurso diagnóstico preoperatorio, por la alta correlación que hemos podido demostrar, en los posters recientemente presentados por nuestro grupo en el XIII Congreso Mundial de Endometriosis (Vancouver, Canadá, Mayo de 2017), entre las imágenes obtenidas por resonancia y los hallazgos fotografiados en la laparoscopía.
No obstante, solo la laparoscopía puede hacer el diagnóstico de certeza. Idealmente debe aprovecharse esa oportunidad para tomar una biopsia del tejido endometriósico a fin de que el patólogo confirme su diagnóstico histológico. Estos procedimientos solo deben ser llevados a cabo por Cirujanos Laparoscopistas Certificados, con experiencia y habilitad, pues resultan la oportunidad de oro para la extirpación quirúrgica de todas las lesiones, la liberación de adherencias, etc. – habida cuenta de que la cirugía – particularmente la cirugía laparoscópica, es el tratamiento fundamental de base de esta enfermedad.