Introducción y Definiciones
Se entiende por Infertilidad a la imposibilidad de lograr el embarazo luego de un tiempo de búsqueda, que tradicionalmente se establecía en un año, lapso de tiempo que ahora tiende a considerarse más breve debido al hecho de que la mayoría de las mujeres que presentan dificultades para embarazar, tienen más de treinta años de edad en el momento de buscar un hijo.
Antiguamente se definía por “infértil” a quién embarazaba y perdía los embarazos, y como “estéril” a quienes no lograban el embarazo. Como verán un poco más adelante, el concepto de esterilidad es mucho más severo que el de infertilidad, y – al final del día – para quién busca un hijo, embarazar y perder el embarazo o no embarazar es lo mismo, pues en ambos casos el objetivo final se frustra.
¿Porqué es ahora más frecuente?
En nuestra sociedad, hace no tanto tiempo, cuando la mayoría de las mujeres se casaba sobre el final de la adolescencia, la infertilidad era un evento menos frecuente. Los cambios culturales experimentados en las últimas décadas – y más especialmente en este siglo XXI – han determinado que se establezcan otras prioridades, a los veinte y a los treinta, postergando la búsqueda del embarazo para la cuarta década de la vida, esto es, más allá de los treinta años de edad.
Innumerables cuestiones transcurren en todo ese tiempo, muchas de ellas vinculadas a la salud reproductiva. Por ejemplo, infecciones ginecológicas, alteraciones hormonales (como el hipotiroidismo), lesiones testiculares (como las vinculadas al varicocele y los traumatismos), o enfermedades a veces silenciosas, como la endometriosis.
¿Infertilidad es igual a esterilidad?
Muchos autores – en especial anglosajones – prefieren el nombre de Subfertilidad para designar a la condición en la que no se logra el embarazo. Podemos decir entonces que, de alguna manera, “subfertilidad” e “infertilidad” son sinónimos, si bien desde un punto de vista técnico estricto guardan algunas diferencias.
Ambas denominaciones confrontan a la de Esterilidad, denominación reservada exclusivamente para aquellos individuos que no tienen ninguna posibilidad de concebir. Por ejemplo, una mujer a la que se le haya extirpado los ovarios y el útero, o un hombre castrado o afectado de una enfermedad que haya dañado total e irreversiblemente sus testículos.
¿Es algo frecuente?
En nuestros tiempos – en el mundo occidental, una de cada siete parejas experimenta dificultades a la hora de lograr un embarazo. Los tiempos que las mismas se toman antes de encarar un estudio diagnóstico, por lo general, son los que ellas mismas se permiten. No todas las personas y/o las parejas tienen el mismo enfoque acerca de tener hijos. Para muchas, es una cuestión vital, de importancia suprema, que no admite dilaciones. Para otras, “algo más” junto a otras problemáticas, como las laborales, las deportivas, los viajes, las económicas, etc.
El “factor edad”
La edad, más tempranamente la de la mujer, y una década más tarde la del hombre, son determinantes trascendentes a la hora de buscar el embarazo. El problema social que presenta el embarazo adolescente no necesita introducciones. Es que, justamente, en la adolescencia, la casi totalidad de las personas son fértiles, tanto hombres como mujeres.
La evidencia marca la impronta negativa que tiene el “factor edad” en Medicina Reproductiva: los 36 años para la mujer, y los 45 o 50 para el hombre, son limitantes que no pueden ignorarse. Esto no quiere decir que una mujer no pueda concebir más allá de esa edad. Hay mujeres que embarazan sin problemas a los 45 o a los 50 años. Son pocas quienes buscan un hijo a esa edad, pero la experiencia muestra que la mayoría tiene dificultades significativas para lograr el embarazo más allá de los 40/42 años de edad, así como que el mismo sea evolutivo, esto es, que culmine en el nacimiento del tan ansiado hijo.
Quién padece trastornos del ciclo menstrual, quién ha tenido un diagnóstico previo de endometriosis, o un aborto provocado e infección o hemorragia posterior, no debería esperar ni doce ni seis meses. En esos casos es oportuna la consulta al especialista en Medicina Reproductiva ni bien se decida encarar la búsqueda de un hijo. De la misma forma, y solo a la manera de ejemplo, un hombre que ha sido tratado en su juventud con quimioterápicos (drogas anticancerosas) debe consultar precozmente cuando decida ser padre, al igual que aquél que padece varicocele.
¿Cuáles son las causas?
Son múltiples las causas de infertilidad o esterilidad. Pueden ser de la mujer o del hombre. En Medicina Reproductiva se agrupan por “factores”, como se presenta en este sitio.